Somos contradicción, una parte nos dice hazlo,
otra parte nos dice no, sabemos cual es el camino,
pero en vez de seguirlo, nos salimos,
para luego quejarnos por habernos perdido,
inventamos escusas que convertirnos en motivos,
confundimos lo que debimos hacer,
con lo que realmente hicimos y vivimos,
vivimos deseando siempre algo
que no tenemos y lo perseguimos.
No hay uno solo de nosotros que diga
que ha conseguido todo lo que un día quiso,
porque no se puede, pero aunque no se pueda, insistimos,
y ese buscar lo imposible es nuestra bendición, y nuestro castigo.
Somos dueños de un montón de sueños,
la decepción es el precio cuando se intenta agarrar
el cielo para ver que se te escurre entre los dedos,
y somos eso, el deseo de ser como nos gustaría
sin poder llegar a serlo.
Nuestra razón comprende límite
pero nuestro instinto se niega a verlo.
Somos eso, seres imperfectos que sueñan con ser perfectos
y se recriminan a sí mismo sus defectos,
que aplauden las grandes gestas en vez de los pequeños gestos.
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